Vans eléctricas en Perú: la nueva era de la movilidad sostenible
por Hernan Alvarez on 01-oct-2025 16:13:30
Las vans eléctricas son protagonistas en Perú. Te contamos cómo impactan en logística, transporte y sostenibilidad, los retos que enfrenta el mercado y por qué los concesionarios deben digitalizarse para aprovechar esta oportunidad.
La industria automotriz en Perú atraviesa una transformación acelerada impulsada por la electromovilidad. Durante años, el debate se concentró en los autos eléctricos particulares y en los buses para transporte público, pero un nuevo segmento comienza a ganar relevancia: las vans eléctricas. Estas unidades, diseñadas tanto para el transporte urbano de pasajeros como para la distribución de mercancías, representan una alternativa clave en el camino hacia una movilidad más eficiente, económica y sostenible.
En un contexto donde las grandes ciudades peruanas como Lima enfrentan problemas de congestión y contaminación, la transición hacia soluciones eléctricas no es solo una opción de innovación, sino una necesidad estratégica. Y dentro de este proceso, las vans eléctricas se posicionan como protagonistas, ofreciendo beneficios tangibles para empresas, concesionarios y consumidores.
Un mercado en crecimiento
En Perú, la venta de vehículos eléctricos aún está en etapas tempranas, pero las señales de crecimiento son claras. Los registros de autos eléctricos e híbridos han aumentado en los últimos tres años, y la expectativa es que esta curva se acelere en el corto plazo gracias a políticas de incentivo, reducciones arancelarias y proyectos de infraestructura de carga.
Las vans eléctricas aparecen como la mejor respuesta a necesidades muy concretas. Modelos como la Maxus EV90 o la DFSK EC35 ya están circulando en el país, orientados a empresas de logística, cadenas de retail, transporte corporativo y servicios urbanos. La propuesta es clara: mayor autonomía, menores costos operativos y la posibilidad de alinearse con políticas globales de sostenibilidad, cada vez más exigidas en cadenas de valor internacionales.
Beneficios de apostar por vans eléctricas
Uno de los principales atractivos de estas unidades es su impacto económico. Aunque la inversión inicial es más alta en comparación con las vans tradicionales, el ahorro en operación es significativo. El costo por kilómetro recorrido con electricidad resulta mucho más bajo que con combustibles fósiles, y al mismo tiempo, los vehículos eléctricos requieren menos mantenimiento. No hay cambios de aceite, la cantidad de piezas móviles es menor y la vida útil de los frenos se extiende gracias al sistema de regeneración de energía.
La sostenibilidad es otro de los grandes diferenciales. Cada vez más empresas buscan reducir su huella de carbono, no solo por compromiso ambiental, sino también porque forma parte de sus exigencias contractuales con socios y clientes internacionales. En este sentido, incorporar vans eléctricas en la flota es una manera concreta de mostrar avances hacia la descarbonización.
Además, estas unidades resultan especialmente útiles para el transporte urbano. En ciudades con altos niveles de tránsito, las vans eléctricas permiten una operación silenciosa, sin emisiones contaminantes locales y con un desempeño ideal para recorridos de “última milla”, donde la autonomía promedio es suficiente para cubrir la jornada laboral.
Finalmente, adoptar vans eléctricas otorga un plus competitivo a los concesionarios. Tener este tipo de producto en el portafolio permite posicionarse como referente en innovación y captar la atención de nuevos segmentos de clientes.
Retos y desafíos de la adopción
No obstante, la masificación de estas unidades en Perú enfrenta varios desafíos que requieren atención estratégica. El más evidente es la falta de infraestructura de carga. Si bien ya existen proyectos en marcha en Lima y algunas ciudades principales, la red de electrolineras aún es insuficiente. Esta situación genera dudas en los consumidores sobre la autonomía real y limita la expansión fuera de la capital. Los fabricantes y concesionarios deben anticiparse con soluciones creativas, como cargadores domésticos accesibles o alianzas con cadenas de estacionamientos para instalar puntos de carga.
El costo inicial elevado también es una barrera. Aunque a largo plazo los ahorros son significativos, muchas pymes aún ven la compra de una van eléctrica como un gasto difícil de afrontar. En este escenario, los planes de financiamiento a medida y las demostraciones claras del retorno de inversión serán claves para acelerar la adopción.
Otro aspecto crítico es la postventa. Los talleres necesitan técnicos especializados en baterías, sistemas eléctricos de alto voltaje y software de gestión. Sin esta capacitación, la experiencia del cliente puede verse afectada. Es tarea de los concesionarios invertir en formación, garantizando un servicio de calidad y construyendo confianza.
También persisten dudas sobre la percepción de marca. Aunque los consumidores han mejorado su confianza en los vehículos eléctricos, todavía existe un segmento que teme por su durabilidad, la disponibilidad de repuestos y el valor de reventa. La educación y las pruebas de manejo juegan un papel decisivo para derribar esos mitos.
Casos de uso en el mercado peruano
La teoría ya se traduce en prácticas concretas. Grandes cadenas de retail y e-commerce están evaluando la incorporación de vans eléctricas en sus operaciones de reparto urbano. Para ellas, la ecuación es clara: reducción de costos operativos, cumplimiento de objetivos de sostenibilidad y diferenciación competitiva.
En el ámbito del transporte de pasajeros, algunas empresas privadas y municipalidades han comenzado a explorar las vans eléctricas para movilidad corporativa o transporte escolar. En estos casos, la autonomía diaria es suficiente y el ahorro frente al combustible marca una diferencia inmediata en los costos.
Los servicios urbanos también encuentran un aliado en estas unidades. Desde mensajería y paquetería hasta mantenimiento urbano, las vans eléctricas ofrecen eficiencia, bajo costo de operación y cero emisiones locales, un factor cada vez más valorado por las comunidades y los gobiernos locales.
Los concesionarios y la digitalización
El éxito de las vans eléctricas no dependerá únicamente de los fabricantes o de la infraestructura, sino del rol que jueguen los concesionarios en educar, asesorar y fidelizar a los clientes. El comprador actual es digital, investiga antes de ir al showroom y espera experiencias rápidas y personalizadas. Aquí, un CRM especializado en automotriz como Tecnom se vuelve indispensable.
Con esta herramienta, los concesionarios pueden centralizar leads de distintos canales como WhatsApp, redes sociales o la web, priorizarlos gracias a la inteligencia artificial y dar respuestas inmediatas. También es posible automatizar recordatorios para test drives, enviar cotizaciones personalizadas y gestionar la postventa con recordatorios de servicios y encuestas de satisfacción.
En la práctica, esto significa que un cliente interesado en vans eléctricas puede ser atendido en segundos tras llenar un formulario, recibir información detallada en WhatsApp y agendar una prueba de manejo sin fricciones. Esa experiencia digital omnicanal, apoyada en un CRM, no solo aumenta la tasa de cierre, sino que también fortalece la confianza del consumidor en una categoría todavía nueva.
Perspectivas a futuro
Todo indica que el mercado de vans eléctricas en Perú crecerá de forma sostenida en los próximos cinco años. Por un lado, los fabricantes ampliarán su portafolio de modelos disponibles, lo que aumentará la competencia y reducirá los precios. Por el otro, el Gobierno avanza con políticas de promoción a la electromovilidad, lo que dará mayor confianza a empresas e inversionistas.
La demanda corporativa también será un motor clave. Multinacionales de logística, transporte y retail están estableciendo objetivos de sostenibilidad que incluyen la electrificación de sus flotas. Los concesionarios que se adapten a esta necesidad estarán mejor posicionados para captar grandes contratos y construir relaciones de largo plazo.
¿Cuál es la clave?
Las vans eléctricas en Perú no son una moda pasajera, sino una tendencia que marcará el rumbo de la movilidad urbana y corporativa. A pesar de los desafíos actuales, los beneficios económicos, ambientales y competitivos son contundentes.
Para los concesionarios, la clave está en ir más allá de ofrecer el producto en el showroom. Se trata de diseñar estrategias integrales que incluyan financiamiento, postventa especializada y experiencias digitales apoyadas en un CRM como Tecnom. De esta manera, podrán acompañar a los clientes en cada etapa de la transición y consolidarse como socios estratégicos en la nueva era de la electromovilidad.
El mercado peruano ya está dando sus primeros pasos, y quienes se sumen desde ahora tendrán una ventaja difícil de igualar en el futuro.
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